miércoles, 18 de febrero de 2009

La PCM presenta alegaciones al proyecto de prolongación de la línea 1 de tranvía desde RENFE hasta el aeropuerto


La PCM destaca el déficit en participación, la falta de un estudio de movilidad de los barrios afectados y la enfermiza manía de enterrar el tranvía.
Ayer, la Plataforma comarcal por la movilidad sostenible de l'Alacantí (PCM) presentó sus alegaciones al proyecto de prolongación de la línea 1 del tranvía, expuesto al público por la Generalitat.
Entre las críticas y consideraciones que recoge el documento presentado, destaca la ausencia de una auténtica participación de los ciudadanos. Desde una plataforma como la PCM, nacida del trabajo de más de treinta asociaciones y colectivos, consideramos que los procesos de participación ciudadana enriquecen los proyectos públicos, al tiempo que sirven para hacer copartícipes de una obra tan importante a la ciudadanía.
Consideramos asimismo injustificable que una operación tan importante desde el punto de vista de la movilidad no cuente con un estudio de los problemas y necesidades que con respeto a la movilidad tienen las personas que viven en los barrios que serán afectados por tan importante obra.
También se denuncia en las alegaciones la descoordinación de la red TRAM con la Remodelación de la Red Arterial Ferroviaria de Alicante pues, en el proyecto ahora expuesto al público, no se justifica porqué hace falta un tranvía –promovido por la Generalitat- hasta el Aeropuerto cuando está ya aprobada una nueva línea de ferrocarril –proyectada por el Ministerio de Fomento con doble vía y electrificada- desde la Estación Intermodal hasta la Terminal del Aeropuerto de El Altet. Esta redundancia parece obedecer sólo a una caprichosa y costosísima competición entre instituciones.
Por último, las alegaciones presentadas por la PCM dedican un apartado a la enfermiza manía de enterrar el tranvía. Recordemos que el proyecto prevé soterrar el tranvía hasta la Vía Parque. No entendemos cómo los responsables del TRAM, conocedores del sobrecoste que supone tanto la obra como la explotación futura –el coste soterrado se multiplica por siete-, las molestias que genera en largos meses de excavación, el daño al tejido comercial de la zona y la pérdida de accesibilidad, persisten en esta opción cuando un tranvía en superficie conseguiría más fácilmente los objetivos que debiera buscar la Generalitat, es decir, aumentar el número de usuarios de transporte público con un medio de gran calidad y efectividad, al tiempo de reducir el excesivo y abusivo uso del vehículo privado en la ciudad de Alicante.

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