No repetir una triste historia ferroviaria

MARIO GAVIRIA Y JOSÉ MARÍA PEREA

El pasado 24 de diciembre, en estas mismas páginas de INFORMACION, escribimos el artículo "Una oportunidad histórica ante la llegada del AVE", que ha tenido reacciones, algunas publicadas en este mismo medio informativo. Todas respetuosas, incluso las más discrepantes con nuestra propuesta: aprovechar la llegada del tren de alta velocidad en 2012 a la ciudad de Alicante en una solución provisional para decidir con reflexión la ubicación definitiva de la futura estación intermodal. El pasado día 13, en la sede de la Universidad de Alicante, participamos en una mesa redonda invitados por la PCM (Plataforma Comarcal por la Movilidad), y concretamos más nuestra propuesta, coincidente con la de dicha plataforma en su reivindicación de un retranqueo de la estación que posibilite la creación de un gran parque central al servicio de los alicantinos. En dicho acto nos pronunciamos por ubicar la futura estación intermodal a la altura de la Vía Parque.
El acto de la PCM en la Sede de la Universidad puso de manifiesto, a nuestro entender, una amplia convergencia ciudadana a favor de una solución de este tipo. Asistieron profesores universitarios, arquitectos, ingenieros de Caminos, dirigentes de colectivos vecinales y ecologistas, y miembros de la PIC (Plataforma de Iniciativas Ciudadanas). Fue casi unánime el pronunciamiento a favor de una estación que permita una accesibilidad sostenible de la que carece en la avenida de Salamanca, que libere terrenos ferroviarios que permitan la interconexión de los barrios situados a ambos lados del actual parque de vías, que esté bien comunicada con un tranvía TRAM que circule en superficie hasta la nueva estación y continúe desde ella en superficie su camino hacia el aeropuerto, y que aprovechando un menor coste del proyecto no exija unas plusvalías inmobiliarias en un tiempo económico de crisis económica (y del mercado de la vivienda) como el actual. Una situación, en definitiva, válida para muchos años que facilitaría en un plazo inmediato la inaplazable ejecución del enlace ferroviario con ancho europeo hasta la futura estación de Elche (pasando por el aeropuerto de El Altet) y que dejaría abierta para el futuro la continuidad de una línea ferroviaria de similares características hacia Benidorm y las comarcas de La Marina.
Estamos, en definitiva, abogando, como hizo hace más de un año la PCM, por una solución más económica, ecológica y metropolitana. Una ubicación de la estación intermodal (tren de alta velocidad, red de cercanías ferroviarias, autobuses y tranvía) que sirva mejor a un amplio territorio de la provincia, que facilite la rápida conexión con la línea AVE hacia el sur de España y que pueda conectar con un medio de transporte rápido y sostenible el aeropuerto de El Altet con Benidorm, el principal destino turístico de playa del Mediterráneo español. Una ubicación, en suma, que pueda jugar el papel determinante que desempeñó la vieja Estación de Madrid cuando se inauguró la línea hace 152 años.
Creemos que en este planteamiento puede haber muchas coincidencias, incluso la de quienes han luchado con tenacidad durante los últimos 15 años por el mantenimiento de la estación en su actual ubicación. La ciudad de Alicante, la comarca de L'Alacantí y otras realidades geográficas de la provincia han cambiado en estos años lo suficiente como para replanteárselo. Hay voces académicas y de líderes vecinales que se han expresado públicamente en tal sentido modificando su anterior posicionamiento.
La historia ferroviaria de Alicante debe salir del olvido y la resignación de tantísimos años. La primera línea ferroviaria de largo recorrido en la historia de España ha sido la gran olvidada por las autoridades. Fue de las últimas en electrificarse. Todavía persiste entre La Encina y Alicante la vía única, lo que ha impedido una política de cercanías y regional digna de tal nombre. La línea con Murcia funciona en unas condiciones inaceptables, con un abandono del material rodante y del mantenimiento impropio de dos territorios, Alicante y Murcia, entre los más dinámicos de España. Y el AVE, pese a la alta rentabilidad de la actual explotación entre Madrid y Alicante, llegará más tarde que a otras ciudades españolas. Antes de que finalice este año llegará el AVE a la ciudad de Valencia utilizando la actual estación como provisional mientras se resuelve un concurso mundial de arquitectura y paisaje que integre, en un parque de 25 hectáreas de superficie, la futura estación pasante que hará que el tren de alta velocidad, en ancho europeo, atraviese soterrado la ciudad de Valencia para continuar hacia el Norte, hacia Castellón y, por el futuro eje Mediterráneo, conectarse en el aeropuerto de Reus (Tarragona) con la línea Madrid-Barcelona y proseguir hacia Figueres y Perpiñán. En 2012 está previsto que una empresa formada por la española Renfe y la francesa SCNF gestione 8-9 trenes diarios AVE en cada dirección que unan Barcelona con Lille y Bruselas (pasando por París) y Ginebra (por Lyon, desde donde también se podrá conectar en el futuro con Turín, Milán y las redes de alta velocidad italiana y austriaca).
La zona verde liberada en Valencia por las actuales vías ferroviarias, el llamado parque central, tiene menos superficie que la zona verde que quedaría en Alicante retranqueando la estación intermodal hasta la Vía Parque. En Valencia será un parque central de diseño; en Alicante, un viario con diez carriles, salpicado de zonas verdes y la edificación de 1.500 viviendas. Un viario tan potente que se convertirá en la futura penetración hasta el centro de la ciudad que sustituya a la vieja carretera de Madrid, colapsando definitivamente la avenida de Salamanca y toda esa zona de la ciudad. La comparación de trato en ambas ciudades es sorprendente.
Fomento, que inicia este verano las pruebas de circulación del AVE Madrid-Valencia, ya ha previsto trenes lanzaderas que conecten las playas de Culla y Gandía con el AVE en Valencia en apenas 30 minutos de trayecto mientras que aquí no existe ninguna previsión de establecer una conexión rápida por tren desde Benidorm y La Marina Baixa ni con la estación AVE en Alicante ni con el aeropuerto de El Altet (Elche). El TRAM es un transporte de cercanías no una conexión a la altura de las nuevas demandas que genera la llegada del AVE. Esa historia de olvido, y resignación por parte de los alicantinos, puede repetirse ahora si el AVE llega a principios de 2012 con el actual proyecto de mantener la estación donde está, tal y como se deduce de la referencia informativa tras el encuentro del pasado día 19 de enero entre el ministro de Fomento y la alcaldesa de Alicante, donde lo más positivo es el anuncio de licitación inmediata de la continuidad hacia el aeropuerto y la construcción en El Altet de una estación. Pasarán muchos años hasta que una situación boyante de las arcas de las administraciones públicas (Fomento, Generalitat y Ayuntamiento), y del mercado inmobiliario, permitan ejecutar todo lo previsto en el actual emplazamiento: estación subterránea, estación de autobuses, gran centro comercial, soterramiento total de las vías férreas, y actuación urbanística y edificatoria entre la avenida de Salamanca y la Vía Parque.
Como la explotación del AVE entre Madrid y Alicante será un éxito, en viajeros e ingresos, ¿quién se acordará de ejecutar lo pendiente? Nos puede pasar como en los últimos treinta años en que se pospusieron en esta tierra todas las modernizaciones ferroviarias. La llegada del AVE en una solución provisional puede perpetuarse durante mucho tiempo. Los alicantinos ya han demostrado que aceptan resignados cualquier cosa. Por eso es el momento de hacer compatible una llegada del AVE en 2012 con el compromiso de una solución definitiva (ubicación y características de la futura estación intermodal) más acorde, en nuestro opinión, con las necesidades de futuro. Esa es la ocasión histórica que no deberíamos perder.