jueves, 11 de octubre de 2007

Alicante pedalea contra corriente y Encuesta Consumer-Eroski autobuses urbanos ciudad de Alicante




El gran uso del coche y la falta de una red conectada de carril bici convierten los viajes en bicicleta en una aventura

EL PAÍS - 11-10-2007 -Rosa Biot

Recorrer durante un día festivo en bicicleta las calles del centro de la ciudad de Alicante es cuestión de minutos. Un placer. Sin apenas coches y con los peatones a ralentí, la alianza entre pedal y motor parece posible. Pero la cosa cambia entre semana, aseguran algunos miembros del colectivo Alacant en Bici. La rutina diaria de Alicante, ciudad de clima favorable y dimensiones proporcionadas, se vuelve hostil para quienes quieren desplazarse a pedal. Demasiados coches en el casco urbano a más velocidad de la que sería conveniente para convivir con los ciclistas, y un carril bici "que va de ninguna parte a ninguna parte" en las zonas de expansión.

Poco que ver con la normalidad de la que goza la bicicleta en ciudades como Amsterdam, donde se estima que la mitad de la población se desplaza en bici, o en Barcelona. Recurrir a la bici como transporte es atrevido en Alicante, incluso aventurero si se discurre por el área metropolitana. Pese a ello cada día hay más bicicletas en la calle. "La poca infraestructura que hay de carril bici no es una red, insuficiente e inconexa", resume Javier Cobela, portavoz de la Plataforma por la Movilidad Sostenible de L'Alacantí. Pavimentos no adecuados, anchos del carril más bien estrechos, intersecciones poco seguras, rampas que acaban en un escalón "indecente" o carriles pegados a la zona de aparcamiento de los coches que dejan la seguridad del ciclista a expensas de la apertura o no de la puerta de un vehículo son algunas deficiencias que marcan los usuarios de la bicicleta. El Ayuntamiento calla. Lola vive en el barrio de San Blas y trabaja en la Universidad de Alicante. "Está muy cerca". Intentó ir en bicicleta, pero desistió. En su ruta se desviaba por calles estrechas hasta dar con el carril bici a un kilómetro del campus. En las avenidas optaba por subirse a la acera. Ir en bici "te supone todas las mañanas pasar un ratito de miedo". Cobela considera prioritario conectar la universidad, en Sant Vicent del Raspeig, con el centro de la ciudad y la futura estación intermodal. Y puntualiza que en muchos casos la solución no es construir infraestructura. "Parece que cuando hablas de la bici hay que hablar del carril bici. En algunos ejes hace falta, pero a lo que aspiramos es a que se reduzca el uso del vehículo de motor. Se debería pacificar el tráfico y así la bicicleta podrá convivir con otros medios de transporte", explican. "Es una buena ciudad para ir en bici", subraya Iñaki Malluguiza, otro miembro del colectivo. "Pero la opción urbana pasa por integrarse con el resto del tráfico y para ello debería limitarse la velocidad a 30 kilómetros por hora", añade. Alacant en Bici ha pedido cuatro veces al Ayuntamiento la instalación de aparca-bicis. "No nos han respondido". El colectivo presentó hace un año 1.500 firmas para que se habilitara un carril bici en La Cantera. "Ni caso". Y un proyecto universitario de 1997 para integrar la bicicleta en el casco urbano y que delimitaba nuevas zonas donde instalar el carril bici no ha cuajado. "No hay interés por parte de la Administración", se lamentam los defensores de este transporte que no contamina ni consume ni paga impuestos.
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Alicante


La información al usuario, principal deficiencia de los autobuses urbanos de Alicante


Destaca como aspecto positivo la profesionalidad de los chóferes durante la conducción. El precio de un trayecto con billete ordinario (1 euro) y bono multiviaje (0,55 euros), en la media del estudio


El servicio de autobuses de Alicante recibe una valoración final de "aceptable" en la prueba planteada por CONSUMER EROSKI, calificación por debajo de la media final del estudio (un "bien") y condicionada por las deficiencias en información al usuario.


El precio de un billete ordinario de un trayecto es de un euro, muy similar a la media del estudio (0,97 euros), lo que representa un aumento del 11% en los dos últimos años. No obstante, si se adquiere un bono multiviaje el ahorro asciende al 45% respecto al billete ordinario. En este caso, un recorrido cuesta 0,55 euros, cantidad idéntica a la media del país si se utiliza este sistema de pago.


Respecto a la frecuencia de paso de los urbanos, los días laborables oscila entre los seis minutos y la hora y media, dependiendo de la línea. Si se atiende a la puntualidad, tres de los quince autobuses estudiados llegaron a la parada con retraso, que en uno de los casos se prolongó más de diez minutos.


El apartado en el que el servicio de la capital levantina obtiene la mejor valoración es el referente a la calidad del trayecto, ya que recibe un "muy bien", la misma nota que a nivel nacional. Y es que la conducción que se observó en la mayoría de los buses fue correcta. Prueba de ello es que en todos, salvo en uno, el conductor no arrancó el vehículo en ninguna ocasión con las puertas de acceso abiertas y que, excepto en tres buses, el chofer paró siempre completamente antes de abrir las puertas.


La seguridad es otro de los aspectos que define la calidad del servicio de autobuses urbanos de una ciudad. Todos los urbanos de la capital levantina contaban con ventanas de emergencia señalizadas, así como de martillos para romperlas en caso de necesidad y de extintores. Asimismo, en tres de cada cuatro se observaron carteles en los que se informaba a los pasajeros de cómo actuar en caso de emergencia.


Otro de los elementos que se ha valorado en el estudio ha sido el estado de las paradas de autobuses, que en la capital alicantina ascienden a 831. Para ello se ha tenido en cuenta factores como el estado y mantenimiento de los elementos que conforman estos puntos, tales como marquesinas, bancos, postes y dispositivos de información. En general, el estado de las paradas de Alicante es bueno. Sin embargo, una de cada tres carecía de marquesina y de banco para que los usuarios pudieran sentarse durante la espera del bus.


Escasa información al usuario


La información al usuario es el aspecto peor valorado en el servicio de urbanos de Alicante. Suspende con un "regular", frente al "aceptable" de nota media a nivel nacional. Es reseñable que en la mitad de los buses no se observaron carteles en los que informaran de la capacidad máxima de usuarios de vehículo, y en cuatro de cada diez se echaron en falta datos sobre las tarifas. Hay que añadir la carencia en los apeaderos de dispositivos en los que se ofrezca información actualizada sobre la hora de llegada del bus o el tiempo de espera. Sólo el 2,5% de las paradas cuenta con panel electrónico en el que se informa de la próxima llegada del bus. Además, Alicante tampoco dispone de un servicio de información a través de teléfono móvil vía SMS, si bien más de la mitad de las capitales del estudio ya disponen de él.


En accesibilidad para personas con discapacidad, el servicio obtiene la nota de "bien", la misma que a nivel nacional. El 97% de su flota está adaptada para personas con discapacidad física (los urbanos cuentan con rampas y plataformas elevadoras, así como de sistemas de amarre de sillas y anclajes). Sin embargo, aún son muchas las barreras que se encuentran los usuarios con problemas auditivos y de visibilidad: ninguno de los buses dispone de sistema acústico que informe de las paradas, ni con dispositivos visuales, como pantallas luminosas que avisen de las mismas.


Pasajeros satisfechos


Según una encuesta realizada a 150 usuarios habituales de los autobuses de Alicante, estos se muestran en general satisfechos con la calidad del servicio y le dan el aprobado. Así, tres de cada cuatro considera que las diferentes zonas y barrios de la ciudad están correctamente conectados, mientras que el resto cree que se puede mejorar este aspecto, puesto que los recorridos son demasiado largos. Además, uno de cada tres pasajeros entrevistados tampoco se muestra conforme con la frecuencia de paso de los autobuses de la ciudad, ya que según afirma la mayoría, el tiempo de espera entre un urbano y el siguiente es excesivamente prologado.


Por otra parte, nueve de cada diez encuestados opina que los urbanos están en buen estado de conservación y limpieza, mientras que el resto cree que se ha de mejorar en este aspecto. Asimismo, el 86% de los usuarios calificó la profesionalidad de los chóferes durante la conducción como correcta.


El servicio de autobús en cifras La flota de autobuses de Alicante la componen 79 vehículos, con una antigüedad media de seis años, similar a la del estudio (casi seis años). A lo largo del pasado año transportaron diariamente una media de 60.000 pasajeros, cantidad que supone que en 2006 los buses de la capital dieron servicio a más de veinte millones de usuarios (20.120.000). Estos datos representan un discreto aumento en el número de pasajeros de sólo el 0,5% con respecto al año anterior, incremento muy por debajo a la media del país (2,2%).


Los buses alicantinos prestan su servicio repartidos en 36 líneas, 24 de ellas metropolitanas, y cada jornada realizan 1.490 viajes. Al día recorren 12.500 kilómetros de media. Asimismo, el billete de mayor cuantía con el que se puede pagar es de 10 euros, si bien hay ciudades como San Sebastián, Pamplona y Barcelona donde éste se eleva a 20 euros.


Por otra parte, la ciudad dispone de un servicio nocturno de autobuses interurbanos, operativo los viernes y sábados, que cubre cuatro líneas. Actualmente, la capital alicantina tiene 6,37 kilómetros de carril bus.



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