José Ramón García Antón opina

Planificación estratégica
Hace unos pocos días se inauguró y se abrió al tráfico la nueva autopista de circunvalación de Alicante, junto con un importante paquete de infraestructuras viarias vinculadas a la concesión de la autopista. Este hecho es muy importante para todos los alicantinos y merece que lo celebremos, no sólo por lo que supone de mejora del tráfico y de la seguridad vial, sino también porque tiene una trascendencia enorme para vertebrar todo el territorio del entorno de Alicante-Elche, reforzar su centralidad, consolidar su papel de motor de desarrollo y potenciar su rango como tercera gran área metropolitana del Mediterráneo español.
Alicante ha asumido en los últimos años el liderazgo del crecimiento en el arco mediterráneo. A lo largo de la última década, la población de la provincia ha aumentado un 30%, lo que supone la tasa más alta entre las provincias mediterráneas y más del doble que el conjunto de España. Para 2017 habremos superado los dos millones y medio de residentes empadronados, y los tres millones de residentes efectivos. Un crecimiento tan potente necesita la adopción de políticas territoriales adecuadas que ordenen y garanticen la calidad de ese desarrollo, impulsando las extraordinarias oportunidades de prosperidad que se están abriendo para Alicante y para el conjunto de la Comunidad Valenciana. Y desde la Generalitat llevamos ya mucho tiempo realizando un importante trabajo de reflexión y de planificación territorial, concretado fundamentalmente en dos documentos, las Hipótesis del Modelo Territorial de la Comunidad Valenciana y el Plan de Acción Territorial para el Entorno Metropolitano Alicante-Elche, una de cuyas principales propuestas, ya convertida en realidad, es este conjunto de actuaciones viarias recién inauguradas.
La nueva autopista de circunvalación, que abraza toda la zona desde El Campello a Elda, permite canalizar los tráficos de largo recorrido del corredor mediterráneo y potencia el papel de la antigua circunvalación como gran eje distribuidor metropolitano. La construcción de la variante de El Campello y el enlace de la nueva autopista con la autovía central mejoran sustancialmente las conexiones metropolitanas con el gran eje urbano del litoral hasta Las Marinas, con las comarcas del interior y el área de Alcoy, con el eje del Vinalopó, y también refuerzan de manera importante la comunicación entre el litoral alicantino y el centro de la península. A ello contribuirá además la mejora del trazado de la autovía a Madrid, aún por ejecutar pero prevista dentro de la concesión de la circunvalación. Y hacia el sur, la ampliación de la A-7 y el desdoblamiento de la N-340 entre Elche y Crevillente, la Ronda Este de Elche y, sobre todo, la Vía Parque Alicante-Elche, refuerzan de manera muy sustancial los lazos entre Alicante y Elche y la comunicación con los grandes centros urbanos y turísticos de la Vega Baja.
Todas estas nuevas infraestructuras viarias, fruto de un diseño territorial, hacen del área metropolitana alicantina una de las áreas de España mejor estructuradas y mejor comunicadas con su entorno. Y no sólo hemos conseguido una comunicación más eficaz entre los núcleos de población y actividad económica ya existentes; es que también se están abriendo nuevas oportunidades donde hasta ahora no existían. En este sentido destaca de una manera especial, por su gran trascendencia para reforzar el vínculo metropolitano, la nueva Vía Parque Alicante-Elche, construida en parte por la Generalitat, y en parte por el Estado en el marco de esta concesión. Para concluirla totalmente sólo faltan 200 metros que espero que se puedan ejecutar muy pronto. Esta Vía Parque va a ser el gran corredor de la innovación, recorriendo el Parque Industrial, IFA, el aeropuerto, la Ciudad de la Luz, las universidades de Alicante y Elche, las playas... En definitiva, está llamada a ser el mejor nexo de unión entre estas dos grandes ciudades, que tienen que acabar entendiéndose y planificando su territorio conjuntamente. La solución viaria que aportan estas obras recién inauguradas no habría sido posible si no se hubiera planteado en el marco de una reflexión rigurosa sobre el conjunto del territorio alicantino, dentro de una estrategia de desarrollo global en la que también se anticiparon otros aspectos que se han ido incorporando a la planificación estratégica de la Generalitat, como la creación de nuevas redes de transporte público metropolitano, la ampliación de las infraestructuras de depuración y reutilización de aguas residuales, la implantación de nuevos equipamientos, la puesta en marcha de importantes proyectos de mejora del medio ambiente y del paisaje, y todo lo que está haciendo que Alicante despegue como un espacio de calidad, capaz de atraer inversiones productivas, bienestar y desarrollo sostenible; como el área metropolitana de referencia en el sureste de la Península Ibérica. El inicio a principios de 2004 de las obras de la nueva circunvalación y las demás infraestructuras asociadas fue, junto al inicio de las obras del trasvase del Ebro, la última gran herencia que dejó el gobierno del Partido Popular a la provincia de Alicante. Afortunadamente, la herencia de la circunvalación no ha sido dilapidada por el Gobierno socialista, como sí lo fue de manera total la herencia del trasvase. Al menos en este caso, la ejecución de lo que ya estaba en marcha, junto con las importantes actuaciones del Consell de la Generalitat, permite que en estos momentos la red viaria alicantina esté en condiciones de cumplir el papel decisivo que le corresponde para consolidar el gran futuro del entorno metropolitano de Alicante.
José Ramón García Antón es conseller de Medio Ambiente, Agua, Urbanismo y Vivienda.


Y Juan R.Gil sostiene que ...

Ni está, ni se le espera

El conseller responsable de la ordenación del territorio, José Ramón García Antón, publica hoy un artículo en INFORMACION subrayando la importancia que tiene la puesta en servicio de la nueva circunvalación de Alicante, no sólo por la descarga de tráfico que va a suponer a la propia ciudad de Alicante y a la autovía, sino como nuevo eje vertebrador de un entorno metropolitano cada vez más potente, del que tendrían que formar parte Alicante, Elche y sus respectivas comarcas.
El artículo debería ser de obligada lectura para un correligionario de García Antón, el alcalde alicantino, Luis Díaz Alperi, que de forma absolutamente incomprensible fue el único representante municipal que no acudió a la inauguración de la autopista, acto al que sí asistieron los alcaldes de L´Alacantí, el alcalde de Elche y dos consellers, al margen de una secretaria de Estado y la subdelegada del Gobierno.
La ausencia de Alperi no tiene explicación y las excusas dadas carecen de fundamento. En su agenda, ese día sólo había un acto dos horas después de la inauguración: hasta entonces, nada. Pero refleja claramente la magnitud del problema al que se enfrenta el PP y que pagamos los ciudadanos: un alcalde que, pese a haber obtenido por cuarta vez mayoría absoluta, no quiere ejercer ya como tal. Hay cosas que pueden delegarse, y de hecho, como ya se subrayó aquí, Alperi las está delegando en Sonia Castedo, que es de verdad quien ahora dirige el día a día del Ayuntamiento. Pero para otras un alcalde es imprescindible. Y Alperi ya no está, ni se le espera. No promueve reuniones en las que el futuro de la ciudad pueda determinarse y si asiste a alguna de ese tipo lo hace, y el entorno del presidente Camps tiene pruebas recientes de que así es, más como oyente que como líder político de un municipio. Alperi es alguien que nunca se ha distinguido por trabajar más horas de la cuenta, pero que durante años sí tuvo un notabilísimo olfato para distinguir lo que era y lo que no era importante. Ahora, hasta ese olfato parece haber perdido. Lo malo es que Alicante se juega demasiado en los próximos años para padecer una situación así, que tiene cada vez más irritados hasta a los mismísimos votantes del PP.